Gobernanza fiscal corporativa: benchmarking y tecnología

Utiliza datos de la Encuesta KPMG (2024), que muestra que el 57 % de las empresas no cuenta con una gobernanza fiscal formal, mientras que el 66 % ha adoptado tecnologías tributarias. Aborda la estructuración de comités, la automatización y la importancia de la transparencia para la seguridad y la atracción de inversores.

Max Marcondes

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En el entorno empresarial moderno, la gobernanza ha pasado de ser un factor diferenciador a un requisito. Y, en relación con la gobernanza fiscal, el escenario revela una brecha crítica: según la Encuesta KPMG (2024), el 57% de las empresas brasileñas aún no cuentan con una estructura formal de gobernanza fiscal, lo que las expone a graves riesgos operativos, fiscales y reputacionales. Al mismo tiempo, el 66% ya ha adoptado algún tipo de tecnología fiscal, lo que indica una tendencia creciente hacia la automatización, aunque no siempre acompañada de una estructura adecuada de control y cumplimiento.

La gobernanza fiscal va más allá del simple cumplimiento de la normativa fiscal: requiere una organización estratégica, la participación multisectorial y una toma de decisiones basada en datos. Las empresas que estructuran comités fiscales internos, integrando la gestión contable, legal y ejecutiva, pueden mapear los riesgos, anticipar los impactos regulatorios y alinear las decisiones fiscales con los objetivos de negocio. Esta gobernanza hace que el proceso sea más transparente, trazable y consistente con las mejores prácticas del mercado, algo valorado no solo por los organismos reguladores, sino también por inversores, socios y fondos internacionales.

Los avances tecnológicos, a su vez, han sido un factor facilitador. La automatización fiscal y las soluciones de inteligencia analítica permiten una mayor precisión en los cálculos tributarios, el control de regímenes fiscales especiales, la monitorización del crédito y la integración en tiempo real con las autoridades fiscales. Sin embargo, como destaca el sitio web Contadores.cnt.br, la tecnología por sí sola no es suficiente sin una gobernanza sólida. Se necesitan directrices claras, roles bien definidos y auditoría interna para que los sistemas funcionen con la máxima eficiencia.

Las empresas que destacan en el benchmarking fiscal son precisamente aquellas que combinan tecnología, estructura y estrategia legal. Reducen costes, evitan responsabilidades ocultas, mantienen su reputación en el mercado y, lo más importante, se vuelven más atractivas para inversores y socios en fusiones y adquisiciones, donde las responsabilidades fiscales pueden ser un factor decisivo.

Por lo tanto, invertir en gobernanza fiscal significa invertir en previsibilidad, solidez y crecimiento sostenible. En un país donde la legislación cambia con frecuencia y los organismos reguladores están cada vez más digitalizados, la falta de gobernanza es un riesgo que ninguna empresa moderna puede permitirse.

Fuentes:

kpmg.com – Encuesta KPMG 2024 – Consultado en 2025

contadores.cnt.br – Consultado en 2025

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